Isaac Newton Nació Sir Isaac Newton el 25 de Diciembre de 1642 en Lincolshire (Inglaterra) y murió en Londres-Kesington el 20 de Marzo de 1727.
Sus estudios
Durante su primera infancia había asistido a dos pequeñas escuelas para externos y desde los 12 años asistió al Kings School de Gratham viviendo como pupilo en casa de un boticario.
Su madre aconsejada por un antiguo profesor de Gratham decidió que Newton, continuase sus estudios y luego cursase en la Universidad, ingresando en 1661 en el Trinity College de Cambridge.
El año 1665 se declaró una terrible peste en Londres que se fue extendiendo y en el otoño alcanzó a las ciudades universitarias obligando con ello a cerrar las universidades de Cambridge y Oxford. Por esto Newton se vio en la necesidad de retirarse a su granja, recién graduado como bachiller de Artes. Durante ese periodo el otoño de 1665 y el año 1666 realiza estudios que van a ser decisivos por cuanto en ellos se halla la base y el núcleo de lo que va a constituir su gran aportación científica.
En 1667 regresó a Cambridge y, ya Maestro en Artes, fue elegido como miembro del Trinity College donde fijó su residencia y desde octubre de 1669 fue profesor Lucasiano de matemáticas reemplazando al doctor Barrow, cuando éste decidió, en 1669, dedicarse por completo a la Teología.
Newton desempeñó las funciones que le habían sido confiadas de profesor de Matemáticas en Cambridge con un celo y una conciencia dignos de emulación. Como titular de esa cátedra pronunció las famosas Lectures en las que expone casi todo el material de sus descubrimientos científicos
Se dice que desde 1669 hasta 1695, esto es, durante los veintiséis años que duraron sus funciones, no se ausentó nunca de Cambridge más de tres o cuatro semanas por año, y ello únicamente en el período de vacaciones.
En 1671 Newton fue designado miembro de la Real Sociedad de Londres, y su presentación fue hecha por Seth Ward, obispo de Salisbury, conocido por algunos trabajos de astronomía. Le testimonió su reconocimiento en términos que han de parecer demasiado humildes a quienes no se den cuenta de que Newton no había efectuado aún, o al menos no los había publicado, sus principales descubrimientos.
Su vida pública
En cierto modo podemos decir que con la publicación de los Principia termina la actividad creadora de Newton, Efectivamente, hasta 1727, en que muere, poco más puede decirse de su vida intelectual.
En cambio, da paso a su vida pública de hombre ilustre. Esto determina que llegue al Parlamento en 1689 por primera vez a donde vuelve después en 1701, como representante ambas veces de la Universidad.
En 1701 renuncia a su cátedra. En 1703 Newton fue nombrado presidente de la Real Sociedad, y reelegido hasta su muerte. Ya anterior mente, en el año 1699, cuando la Academia de Ciencia de París, debido a sus nuevos reglamentos, pudo elegir un pequeño número de sabios extranjeros, uno de lo primeros nombramientos recayó en Newton.
Su carácter
Cuanto se refiere a tan grande hombre tiene que interesar al público. Diremos entonces que era de mediana estatura y que sus cabellos cubiertos casi siempre por su peluca, tenían un brillo deslumbrante de plata. Si hemos de creer al obispo de Atterbury, sus ojos eran apagados, por lo menos en sus veinte últimos años, y nadie hubiera podido adivinar la sagacidad extraordinaria que distingue a su producciones científicas. En sociedad se mostraba silencioso; parecía un hombre común. Es de suponer que su reserva tenía por origen una gran timidez. Como ejemplo de esta disposición de espíritu citaremos lo que le acaeció cuando, en 1714, fue llamado a declara ante un comité de la Cámara de los Comunes encargado de pronunciarse sobre una ley relativa a la determinación de las longitudes en el mar. Newton dio su opinión por escrito.
No sé -decía- lo que le parezco, al mundo; para mí, me comparo a un niño jugando a la orilla del mar, recogiendo aquí y allá una piedra más o menos lisa, o una concha de rara belleza, mientras el gran océano de la verdad permanece completamente invisible a sus ojos.
Sus creencias religiosas
Newton era un hombre creyente de los llamados fundamentalistas, esto es, de los que creían en la revelación de la Biblia y la entendían al pie de la letra. Así pues, parece que Newton pensaba que Dios había hecho una segunda revelación en la Biblia en la que completaba la primera. En esta se halla la ciencia divina hecha en la creación expresada en forma de leyes físicas a cuyo conocimiento había llegado Newton por primera vez, con lo que había llegado casi a los mismos confines de la divinidad. Pero aún faltaba mucho por conocer del formidable plan de Dios. El resto de las claves deberían hallarse en la Biblia, la otra entrega; divina, y por ello Newton acudiría a su estudio de modo tan apasionado. Newton no se daba por satisfecho con haber logrado desentrañar el complicado sistema mecánico de los astros del sistema solar -y eventualmente de cualquier otro-, sino que creía que eso era sólo un subsistema del sistema total, una pequeña parte del enigma , unas piedras más pulidas o más brillantes halladas en la playa del inmenso océano de la verdad;- y se planteó el desaforado desafío de tratar de alcanzar el fondo del océano, desafío propio de un espíritu titánico y universal.
Esto nos dan una pista de lo que debió ser el Newton filósofo, metafísico, creyente y hasta un poco renacentista y otro poco medieval. Un Newton que no es la clara y rutilante estrella de la Ilustración como a veces se ha pensado.