Observación de la actividad Solar
El domingo 13 de febrero, desde la terraza de la Fundación Paurides, unas 35 personas, pudieron contemplar la actividad solar, en un día magnífico que incluso podríamos calificar como caluroso. Se prepararon 2 telescopios, el solar de Juan Payá y el refractor con filtro protector de Luis Miguel Azorín. En el primero de ellos adaptamos una cámara CCD y pudimos contemplar en una pantalla la atmósfera solar o Cromosfera, viendo en el borde del disco solar varias “protuberancias solares”, son grandes erupciones que liberan gran cantidad de energía, llegando a alcanzar miles de kilómetros de altura. Cuando dicha actividad es muy intensa se denomina “tempestades magnéticas”, que afectan a las comunicaciones en la Tierra.
Con el segundo telescopio observamos a través del ocular la superficie solar o Fotosfera, destacando un grupo de “manchas solares”, en donde la temperatura es de unos 2.000 grados inferior a la fotosfera circundante, constituyendo grupos que pueden alcanzar 100.000 km de diámetro. Los niveles máximos de actividad de las manchas solares tienen lugar cada 11 años y están relacionadas con campos magnéticos en el Sol.
Las formas infinitas y movimientos caprichosos de las protuberancias y las hermosas manchas solares, sirven para darnos una idea de la enorme energía escondida en el interior del Sol y que recibimos todos los días. Toda esta actividad solar se combina para proporcionarnos un gran espectáculo. Las fotos realizadas por Juan Payá son una prueba de dichas maravillas.
Noticia aparecida en el periódico ABC, apartado de Ciencia
El domingo día 13, uno de los agujeros detectados sobre la superficie del Sol dejó escapar la llamarada solar más potente del actual ciclo en el que se encuentra el astro rey. El observatorio solar de la NASA SDO recogió un intenso flash de radiación ultravioleta en mitad de la superficie del Sol. Los científicos están muy interesados en este tipo de fenómenos, ya que una violenta tormenta solar, que se espera para 2012 ó 2013, puede dañar nuestros sistemas energéticos y de comunicaciones. No somos capaces de prevenir todos y cada uno de estos arranques solares. Una de cada tres erupciones surge por sorpresa, sin previo aviso.